El ángel, respondiendo, dijo a las mujeres:... sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Mateo 28:5-6
(Jesús dijo:) No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos… Y tengo las llaves de la muerte. Apocalipsis 1:17-18
¿Ha habido una noticia más extraordinaria que la de la resurrección de Cristo? Es cierto que varias veces Jesús mismo había devuelto la vida a algunos de los que la habían perdido. Sin embargo, Lázaro y el hijo de la viuda de Naín, como los demás, fueron resucitados por un tiempo, pues volvieron a morir.
En cambio Jesucristo resucitado no muere más. “La muerte no se enseñorea más de él” (Romanos 6:9). Comprendemos la alegría de los cristianos de las primeras generaciones. Para saludar a sus hermanos en la fe decían: –El Señor ha resucitado. Y los otros respondían: –Ha resucitado verdaderamente.
Yo también estoy muy gozoso. Quizás haya días muy sombríos en mi vida. A pesar de todo, el triunfo está asegurado porque el Señor ha resucitado, porque es vencedor y me guía gracias a su victoria, ¡con la multitud de todos los que han puesto su confianza en él!
El asombroso mensaje del Evangelio fue una brecha abierta en la fortaleza de la muerte. Cristo atravesó la muerte, y mediante su resurrección venció la muerte eternamente por todos aquellos que en él creen.
“Nuestro Salvador Jesucristo… quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio” (2 Timoteo 1:10).
(Jesús dijo:) No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos… Y tengo las llaves de la muerte. Apocalipsis 1:17-18
¿Ha habido una noticia más extraordinaria que la de la resurrección de Cristo? Es cierto que varias veces Jesús mismo había devuelto la vida a algunos de los que la habían perdido. Sin embargo, Lázaro y el hijo de la viuda de Naín, como los demás, fueron resucitados por un tiempo, pues volvieron a morir.
En cambio Jesucristo resucitado no muere más. “La muerte no se enseñorea más de él” (Romanos 6:9). Comprendemos la alegría de los cristianos de las primeras generaciones. Para saludar a sus hermanos en la fe decían: –El Señor ha resucitado. Y los otros respondían: –Ha resucitado verdaderamente.
Yo también estoy muy gozoso. Quizás haya días muy sombríos en mi vida. A pesar de todo, el triunfo está asegurado porque el Señor ha resucitado, porque es vencedor y me guía gracias a su victoria, ¡con la multitud de todos los que han puesto su confianza en él!
El asombroso mensaje del Evangelio fue una brecha abierta en la fortaleza de la muerte. Cristo atravesó la muerte, y mediante su resurrección venció la muerte eternamente por todos aquellos que en él creen.
“Nuestro Salvador Jesucristo… quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio” (2 Timoteo 1:10).
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