Daniel 6, 16-28
“Entonces el rey mandó y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de los leones. Y el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre. Y fue traída una piedra y puesta sobre la puerta del foso, la cual sello el rey con su anillo y con el anillo de sus príncipes, para que el acuerdo acerca de Daniel no se alterase. Luego el rey se fue a su palacio, y se acostó, ayunó; ni instrumentos de música fueron traídos delante de él, y se le fue el sueño.
Al otro día el rey se levantó, muy de mañana, y fue apresuradamente al foso de los leones, y acercándose al foso llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones?
Entonces Daniel respondió al rey: Oh rey, vive para siempre. Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo.
Entonces se alegró el rey en gran manera a causa de él, y mandó sacar a Daniel del foso, y fue Daniel sacado del foso, y ninguna lesión se halló en él, porque había confiado en su Dios.
Y dio orden el rey y fueron traídos aquellos hombres que habían acusado a Daniel, y fueron echados en el foso de los leones ellos, sus hijos y sus mujeres; y aún no habían llegado al fondo del foso, cuando los leones se apoderaron de ellos y quebraron todos sus huesos.
Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitan en toda la tierra: Paz os sea multiplicada. De parte mía es puesta esta ordenanza: Que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel; porque él es el Dios viviente y permanece por todos los siglos y su reino no será jamás destruido, y su dominio perdurará hasta le fin. El salva y libra, y hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra; él ha librado a Daniel del poder de los leones. Y este Daniel prosperó durante el reinado de Ciro el persa".
Si queremos que nos vaya bien pongamos siempre nuestra confianza en Dios, permitamos que el obre en nuestras vidas, que nos llene de confianza y nunca actuemos sin pedir su dirección.
Cosas para aprender de Daniel:
1. No murmuró, no se quejó y no maldijo a pesar de su difícil situación: Cuando algo sale mal en nuestras vidas, nos descompensamos, nos desanimamos y hasta hablamos mal de Dios, perdemos la fe, luchamos en nuestras propias fuerzas y terminamos agrandando más el problema.
La palabra de Dios nos dice: “Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará. Exhibirá tu justicia como la luz y tu derecho como el medio día” Salmo 37, 5-7.
No nos desesperemos recordemos que Dios siempre tiene el control de nuestras vidas, él puede ver más allá, él conoce tu corazón y la difícil situación que puedes estar pasando, pero ten fe, lo mejor siempre está por llegar.
2. Daniel solo confió en Dios y estuvo tranquilo: La confianza es vital para Dios: “En paz me acostaré y así mismo dormiré; porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado” Salmo 4, 8.
La enfermedad de este siglo es el stress porque no tenemos paz, ni tranquilidad. Daniel solo confió en Dios, porque él sabía que había hecho las cosas bien, si obramos bien, no tenemos de que preocuparnos, Dios conoce tu corazón y aún en las pruebas tenemos que dar gracias y confiar en él.
3. Daniel recibió ayuda, un milagro de Dios Él premió su confianza: “No perdías, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará. Mas el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma”. Hebreos 10, 35-38
Muchas veces somos de aquellos que confiamos solo cuando las cosas están bien, pero cuando viene la prueba perdemos la fe. Dios conoce nuestras necesidades, ten siempre fe, cosas grandes están por venir. ¡Confía! conviértete en un Daniel.
Conclusión: ¿En qué fosa de leones te encuentras hoy?, ¿cuál situación hoy es tan difícil y dura que tienes que confiar? Atrévete a confiar, dispón tu corazón, si en tus fuerzas no lo solucionaste, pues nada pierdes con entregar ese problema a Dios. ¿Qué crees que hizo Daniel durante todo ese día? Orar y orar.
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