La Biblia: ¿Dónde está la verdad?

Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. 1 Corintios 2:2

(Testificando)… acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo. Hechos 20:21

Muchas personas leen la Biblia pero no todos la interpretan de la misma forma. ¿A quién se debe creer? Es una pregunta muy legítima. No equivocarse acerca del mensaje de la Palabra de Dios es primordial. He aquí algunas sugerencias sencillas para no ser engañado:

–El agua de un río es más pura cerca de la fuente que kilómetros más abajo. Asimismo, el mensaje de la Escritura puede ser deformado por todas las interpretaciones que se le dan. De ahí la necesidad de leer la Biblia misma y no aceptar interpretaciones sin buscar primeramente en la fuente.

–Además, Jesucristo dijo que Dios se reveló a los niños. Cada uno puede, pues, hacer un examen muy sencillo: lo que pretenden explicarme de la Biblia, ¿Lo puede comprender un niño o es un mensaje complicado, simbólico, reservado a los expertos?

–Ya que la Palabra afirma ser enteramente inspirada por Dios, preguntémonos si lo que nos dicen nos ayuda a comprender lo que leemos o si sólo se apoya en algunas expresiones aisladas de su contexto.

–Finalmente juzguemos, si en todo lo que se nos enseña, se le da a Jesucristo el primer lugar, tal como lo vemos en la Palabra, pues así es como debe ser.

Leámosla, pues sólo ella transforma la vida y la muerte. Sólo ella libera y da la paz, la fuerza, la felicidad y la esperanza.

Tomado de: Editorial La Buena Semilla

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