No participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas. Efesios 5:11
Dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas. Colosenses 1:12-13
¡Qué sorpresa nos llevamos cuando encontramos en nuestro buzón esta propaganda para la fiesta de Halloween! «Accesorios infernales para una belleza terrorífica, todos los horrores que quieras, rayos macabros para una decoración maléfica, tiembla en lo más profundo de las tinieblas…».
Es como si quisieran tranquilizarse con respecto a la muerte y creer que el infierno y el diablo sólo son invenciones, pero son realidades solemnes que nadie debería tomar a la ligera.
Por naturaleza cada uno está condenado a morir, porque “el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (Romanos 5:12). Dios nos dice: “Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27). Los que hayan despreciado el amor de Cristo irán al infierno: “Allí será el lloro y el crujir de dientes” (Mateo 8:12). Satanás, el príncipe de las tinieblas, tiene a la humanidad bajo su dominio, pero Jesucristo lo venció en la cruz (Hebreos 2:14). Satanás será arrojado al infierno (Apocalipsis 20:10). Pero aún hoy, los que creen en Jesús son liberados del poder de las tinieblas y tienen la seguridad de estar con su Salvador por la eternidad.
Medite seriamente sobre lo que Cristo le ofrece. ¡Ponga su confianza en él!
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