En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No es posible evitar que existan ocasiones de pecado, pero ¡ay de aquel que las provoca! Más le valdría ser arrojado al mar con una piedra de molino sujeta al cuello, que ser ocasión de pecado para la gente sencilla. Tengan, pues, cuidado. Si tu hermano te ofende, trata de corregirlo; y si se arrepiente, perdónalo. Y si te ofende siete veces al día, y siete veces viene a ti para decirte que se arrepiente, perdónalo". Lucas 17, 1-4
Qué importante es nuestro comportamiento ante nuestros amigos, ante nuestra familia, ante la comunidad. Así como puedo ser un instrumento para que los demás se acerquen a Jesús y crean en él, puedo ser también la causa de que algunos se alejen. ¿Cuántas veces por un mal testimonio nuestro, o por hacernos los chistosos, escandalizamos y juzgamos mal a la Iglesia o incluso al cristianismo? Hasta con nuestro silencio, al no ser capaces de defender nuestra fe, estamos asintiendo cosas que otros aseveran !!
El Señor nos invita hoy a tener cuidado con nuestra manera de hablar y de portarnos, de manera que no vayamos a ser ocasión de pecado para algunos. Estemos atentos.
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