“Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento” (Lc 2, 2-21). Este pasaje bíblicocuenta cómo la Santísima Virgen dio a luz a su amadísimo Hijo en una pesebrera por voluntad de Dios. Al decir que nació en un pesebre, se deduce que fue en un establo. El Salvador, quien es el amo de toda la creación, nació en un pesebre, reflejando de manera misteriosa la redención de los hombres. Según una tradición antiquísima, el iniciador de los nacimientos (entre 1200 y 1226), fue San Francisco de Asís, fundador de la Orden Franciscana. Narra la tradición que San Francisco caminaba por la campiña cercana a la acogedora población de Rieti en el invierno de 1223. Las celebraciones de la Navidad de ese año las conmemoró alegremente en la ermita de Greccio. Fue en este lugar donde por medio del Espíritu Santo surgió la inspiración de hacer en vivo el gran misterio del Nacimiento de Jesús, el Salvador. Al leer los Evangelios meditó en su mente y corazón el acontecimiento salvífico del Nacimiento del Mesías. Empezó a construir una casita, colocándole paja a su alrededor, puso un buey y un asno que se encontraban en el lugar; reunió un pequeño grupo de personas para que realizaran la escena del Nacimiento y la adoración de los pastores. Esta misma tradición cuenta que sorprendentemente y de una manera milagrosa, en ese momento de la representación de aquella escena, aparecieron muchos ángeles, el niño Jesús, la Santísima Virgen y San José. Esta costumbre se hizo muy popular puesto que los misioneros franciscanos siguieron la tradición de su Santo; tiempo después los fieles comenzaron a utilizar imágenes para representar el nacimiento. El primer nacimiento se construyó en Nápoles a fines del siglo XV y fue fabricado con figuras de barro. Hermanos, no dejemos perder esta tradición, más si alrededor de ella se reúne la familia y se fortalecen nuestros lazos de amistad, amor y alegría.
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