Virgen y Fundadora. Nació en Jericó, Colombia, en el año 1874 en el seno de una familia llena de valores cristianos. En 1914, fundó una comunidad religiosa conocida como Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena, obra religiosa de misioneras catequistas de los indios, que partieron de Medellín hacia Dabeiba en 1914 internándose en la espesa selva, apoyadas en el Crucifijo y sostenidas por un gran amor a María. Santa Laura comprendió la dignidad humana y la vocación divina del indígena. Quiso insertarse en su cultura, vivir como ellos en pobreza, sencillez y humildad, y de esta manera derribar el muro de discriminación racial que mantenían algunos líderes civiles y religiosos de su tiempo. Al meditar el Papa Francisco sobre la Madre Laura, expresó que ella nos enseña a ver el rostro de Jesús reflejado en el otro, a vencer la indiferencia y el individualismo, que desgasta las comunidades cristianas y hasta nuestro propio corazón Murió en Medellín en 1949. El Papa Francisco la canonizó en el 2013.
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