Hoy comenzamos las ferias privilegiadas, que van desde el 17 hasta el 24 de diciembre, y tienen la finalidad de prepararnos intensamente para la Navidad. En el segundo día de la novena contemplaremos la figura del Rey David. Después de Abraham el siguiente personaje más importante en la genealogía es David, honrado con el título de "rey" como lo atestigua el Evangelio de San Mateo 1 6. En la Sagrada Escritura son muchas las narraciones que se refieren a él, empezando desde su juventud, cuando el profeta Samuel fue a Belén a visitar a la familia de Jesé y, por revelación divina, ungió como rey, en lugar de Saúl, al hijo más pequeño de Jesé, al pastorcito David. También conocido es el episodio de combate del joven David contra el gigante Goliat, a quien hiere en la cabeza y después decapita. a la corte de Saúl, nuestro gran héroe pasa de victoria en victoria y llega a ser rey después de la muerte de Saúl en un combate. El hará de Jerusalén la capital de su reino y engrandecerá sus fronteras. En la historia del pueblo hebraico, David ha tenido el rol de personificar el Reino de Dios en la tierra, representando su punto ideal de referencia. San Mateo presenta constantemente a Jesús como el "hijo de David", porque el reconocimiento de este título es indispensable para la mesianidad de Jesús. La promesa de salvación para el pueblo de Dios se realiza a través de José, el esposo de María, que en el árbol genealógico es el descendiente de David más cercano a Jesús. San José es el vínculo entre Jesús y David, es decir entre el Mesías y las promesas de un rey que descendiera del antiguo reinado. Que esta segunda etapa del tiempo de Adviento, que comenzamos con las ferias privilegiadas, nos a comprender el significado de cada hecho la historia de la salvación, y así preparemos nuestro corazón para la acogida del Hijo de Dios, descendiente del rey David.
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