¿Qué es el Miércoles de Ceniza?

El comienzo de la Cuaresma y el camino hacia la Pascua.

"Vuelvan a mí de todo corazón, con ayuno, con llantos y con duelo. Desgarren su corazón y no sus vestidos, vuelvan a Yahvé, su Dios, porque Él es clemente y compasivo, lento a la cólera, rico en amor, y se retracta de las amenazas". Joel 2, 12-13 
Queridos hermanos, durante este mes nos reunimos en torno a la Virgen María (bajo la advocación de Lourdes), a nuestros hermanos enfermos y a la Cátedra de San Pedro. Con ello, no podemos perder de vista el amplio marco de la liturgia, por lo que también debemos dirigir nuestra mirada al mes que viene, pues en él celebraremos la Cuaresma. Por calendario, marzo coincide perfectamente con el inicio de este tiempo litúrgico: ambos inician un miércoles, el de ceniza. Es necesario, por lo tanto, dedicar por lo menos un tiempo de febrero para disponernos a esta nueva etapa del ciclo litúrgico, de manera que llegue y no nos tome por sorpresa. 

El primero de marzo es Miércoles de ceniza, lo que significa que la Pascua de nuestro Señor se acerca con rapidez. ¿Vamos a esperar hasta el final para disponer nuestro corazón y nuestra alma? A continuación brindamos una serie de indicaciones para prepararnos para este tiempo. 

¿Qué es la Cuaresma? 
Es el período de cuarenta días que dispone la Iglesia, antes de la celebración de la Pascua del Señor, para que los cristianos hagan penitencia, ayuno y obras de caridad, manera que su cuerpo y su espíritu se reserven para el acontecimiento central de nuestra fe la resurrección Hijo de Dios. La cuaresma, por lo tanto, no es un tiempo de tristeza, sino de alegría, recogimiento y esperanza, pues se ve ya próximo el momento en el que el Señor cumplirá sus promesas y nos dará la salvación. De aquí la primera indicación: no vivamos estos cuarenta días con amargura, sino con entusiasmo; participemos de la Sagrada Eucaristía y del Sacramento de la Reconciliación, para que nuestra oración, ayuno y penitencia no reflejen al mundo dolor, sino amor por el amor que El nos tiene. 

"La razón de ser del Tiempo de Cuaresma es la preparación para la Pascua: la liturgia cuaresmal prepara a celebrar el Misterio Pascual tanto a los catecúmenos, haciéndolos pasar por diversos grados de iniciación cristiana, como a los fieles que rememoran el Bautismo y hacen penitencia. El Tiempo de Cuaresma abarca desde el Miércoles de ceniza hasta la Misa de la Cena del Señor, el Jueves Santo Desde cuando se inicia la Cuaresma hasta la Vigilia Pascual, no se dice ALELUYA" (Normas Universales sobre el Año Litúrgico y sobre el Calendario, nn. 27-31).

¿Qué es el Miércoles de Ceniza? 
La Cuaresma tiene una celebración para marcar su inicio y su sentido: la imposición de la ceniza. "En el siglo IV la Cuaresma empezaba un domingo pero debido al deseo de que los días de ayuno fueran exactamente cuarenta -como los de Jesús en el desierto (Mateo 4, 1-11)-, y teniendo en cuenta que en los domingos no se ayunaba, se decidió en el siglo VI comenzar la Cuaresma cuatro días antes, el miércoles. En los primeros siglos de la Iglesia, la ceniza era recibida por los pecadores públicos arrepentidos. El rito de la ceniza para todos los fieles se generalizó hacia el año 1000 por orden del Papa Urbano II" (C. Floristán). La ceniza se obtiene por la combustión de las palmas o ramos del año anterior. Se impone sobre la frente con frases como: "Conviértete y cree en el Evangelio" o "Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás".

La palabra "ceniza" proviene del latín cinis, que significa "polvo". En el Antiguo Testamento tiene el mismo significado que "polvo": pecado o fragilidad humana, ya que mancha, es perecedera y no tiene valor. La ceniza de la nulidad y pequeñez humana frente a la grandeza de Dios, pero también es una invitación a superar, por su Gracia, las debilidades. Antiguamente, los creyentes se cubrían la cabeza con ceniza para demostrar que estaban haciendo penitencia o que se reconocían públicamente como pecadores, por tanto, también es considerada como símbolo de la muerte y de la nueva vida. 

De esta manera se comprende que la ceniza en nuestras frentes es más que un signo vacío, es muestra del deseo de configuración con la voluntad del Señor, como también de nuestro amor y deseo de perdón a El y a los hermanos que hemos ofendido. Por tanto, no es congruente vivir este día, o la cuaresma en sí misma, sin asistir al Sacramento de la Reconciliación realizar obras de misericordia. Recordemos que Dios ama y perdona a los corazones arrepentidos y comprometidos con el cambio. Por otra parte desde este día, la Iglesia nos invita a ayunar, que no es solo abstenernos del alimento, sino orar y ayudar a quienes pasan necesidades materiales. El ayuno obliga a los mayores de 18 años y hasta los 59 anos cumplidos, según indicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia. 

Oración de preparación para la Cuaresma y para el Miércoles de Ceniza 
Realizarla el martes 28 de febrero 
Acercarnos a la Palabra de Dios, meditando cada versículo. Las lecturas son las correspondientes a la liturgia del Miércoles de Ceniza: 
18 Lectura: Joel 2, 12-18 
Salmo 51 (50), 3-4. 5-6a. 12-13. 14 y 17 
2da Lectura: 2 Corintios 5, 20-6, 2 
Evangelio: San Mateo 6, 1-6. 16-18 

Preguntémonos: 
1. ¿Qué significado tenía el Miércoles de Ceniza para nosotros y qué nuevo aportan estas páginas? 
2. ¿Vives en familia esta celebración? Te has esforzado porque tus seres queridos comprendan el valor de este signo? 
3. ¿A qué te comprometes con el Señor en el tiempo cuaresmal que está por comenzar? 
4. Recuerda que el ayuno implica ayudar a otros: ¿Has pensado en que necesite de tu ayuda?

Oración 
Amado Señor Jesucristo, me presento ante Ti con mi fragilidad y con la humildad de mi ser, dándote gracias por las maravillas que has obrado en mi vida y porque aun con mi pecado no te has apartado ni me has quitado tu favor. Te ruego, por la misericordia de tu amor y de tu Gracia, que la ceniza con que voy a signar mi frente sea para mí fuente de conversión y esperanza, concédeme la fuerza para renunciar al pecado y renacer a la vida en tu Nombre. María Santísima, Madre y Maestra en la humildad y el servicio, guianos en este camino cuaresmal que vamos a iniciar y no permitas que lleguemos al día de la resurrección de tu Hijo con el corazón lleno de odio, pecado y resentimiento. Amén.

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