Padres de la Santísima Virgen Maria. Santa Ana, oriunda de Belén y San Joaquín de Nazaret, en la Galilea; vivieron en el siglo primero antes de Cristo en la ciudad de Jerusalén El Papa Benedicto XVI nos exhorta a reflexionar que "esta memoria litúrgica hace pensar en el tema de la educación, que ocupa un lugar importante en la pastoral de la lglesia En particular, nos invita a rezar por los abuelos, que en la familia son los depositarios y a menudo los testigos de los valores fundamentales de la vida. La tarea educativa de los abuelos siempre es muy importante, más todavía cuando, por distintas razones, los padres no pueden asegurar una presencia adecuada junto a sus hijos cuando están creciendo". Esta pareja de esposos se habrían trasladado a Jerusalén, llegando San Joaquín a ser sacerdote en el Templo. Pero en 20 años de matrimonio no habían tenido ningún hijo. La esterilidad entre los hebreos era considerada como un castigo del Cielo. No pocas veces se les menospreciaba y en el templo escuchaban murmurar a la gente y esto les hacia sufrir mucho. Santa Ana se entregó a la oración, hasta que un día, mientras San Joaquín estaba trabajando en el campo, un ángel se le apareció anunciándole que tendría un hijo. Tiempo después nació María, concebida sin pecado original y destinada a ser la Madre de Jesucristo. A los tres años presentaron a María en el Templo, y parece que San Joaquín habría muerto poco después, y Santa Ana algunos años más tarde. Les pedimos piadosamente que intercedan por nuestras familias, especialmente por nuestros abuelos. Santa Ana es patrona de los niños y se le invoca para el buen parto. San Joaquín es patrono de las parejas y de los comerciantes de tejido.
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