Natividad de la Bienaventurada Virgen María

"Celebremos con alegría el Nacimiento de María, la Virgen: de Ella salió el sol de justicia, Cristo, nuestro Dios".

Queridos hermanos, hoy celebramos la Natividad de la Santísima Virgen María, festividad que se celebra nueve meses después de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción (8 de Diciembre) y que nos permite recordar las virtudes que María mostró desde su infancia. En las Sagradas Escrituras no encontramos información sobre la vida de la Santísima Virgen antes de la Anunciación; sin embargo, algunos escritos apócrifos, tales como el Protoevangelio de Santiago, hablan de la infancia de María y de sus padres. De acuerdo con esta tradición, del María, descendiente también rey David, era hija de san Joaquín y santa Ana, una pareja de esposos piadosos procedentes de Galilea Como ya estaban avanzados en edad y no tenían descendencia, recibían el rechazo de sus vecinos, pues en aquel tiempo la esterilidad se consideraba un castigo divino. Por ello, san Joaquín se fue al desierto durante 40 días para orar y ayunar. Mientras tanto, Ana recibió la visita de un ángel que le dijo: «Ana, el Señor ha escuchado tu oración: concebirás y darás a luz. Del fruto de tu vientre se hablará en todo el mundo». Tiempo después nació María, que desde niña mostró que no tenía mancha de pecado. El Señor hizo que María fuera inmune a la mancha original, porque la destinó a reparar el mundo y mediar por la paz entre los hombres y Dios a través de su Hijo Jesús. Él la eligió como la Madre de su Unigénito.

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