Parábola del vestido viejo y el vestido nuevo

Lucas 5; 36 - 39
“Les dijo también una parábola: Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo y lo pone en un vestido viejo pues si lo hace, no solamente rompe el nuevo, sino que el remiendo sacado de él no armoniza con el viejo. Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo romperá los odres y se derramará, y los odres se perderán. Más el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar; y lo uno y lo otro se conservarán. Y ninguno que beba el añejo, quiere luego el nuevo; porque dice: El añejo es mejor".

La parábola del vestido nuevo y el vestido viejo, es la parábola de la renovación, renovación significa dar nueva fuerza o valor a algo, hacer como nuevo una cosa, cambiar. Pensemos ahora, ¿Qué áreas de mi vida tienen que ser renovadas?

1. Renovemos nuestra forma de pensar: Dios siempre quiere lo mejor para nosotros, tu forma de pensar a través de los años fue enmarcada por tu entorno (tus profesores, tu familia, tus amigos, tu jefe etc.), sus frases en muchas ocasiones nos marcaron; si éstas fueron negativas para tu vida, pídele a Dios que rompa ataduras, que elimine de nuestro hablar frases como: eso no es para mí, yo no soy capaz, no puedo etc., echa fuera el temor, porque sino el temor echará fuera la fe y sin fe es imposible agradar a Dios. Recuerda siempre hablar en bendición, así estemos pasando por momentos difíciles, declara prosperidad a tu vida, echemos fuera la mentalidad de pobreza y pensemos en abundancia, esto significa cambiar nuestra forma de pensar.
Romanos 12, 2 nos dice: No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios agradable y perfecta”.

2. Renovación en nuestra forma de hablar:
Dios quiere que nuestra forma de hablar cambie, que dejemos toda amargura, enojo, soberbia; saquémosla de nuestras vidas, no se puede tener una boca limpia, si nuestro corazón está cargada de dolor y falta de perdón, todos los cambios empiezan a verse cuando nuestra forma de hablar se modifica, porque así ha cambiado nuestro corazón.
Efesios 4, 32 nos dice: Antes, sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”

3. Renovación en nuestro trato y relación con los demás:
Es importante que amemos a nuestro prójimo, como a nosotros mismos, incluso bendecid y perdonad a quienes os persiguen, porque la venganza es de nuestro Dios, él es quien se encarga de dar su merecido a quien actúa mal, esta carga nos la quitó Dios, precisamente para que nosotros no mancháramos nuestro corazón con malos deseos, no permitas que las malas acciones de los demás contaminen tu entorno y bendice incluso aquellos que te maldicen y desean tu mal.

4. Renovación en mi vida espiritual:
La amargura, la gritería, los conflictos la ira, las malas palabras y las impurezas solo dañan mi vida espiritual, renovemos nuestro espíritu cada día, invitemos al señor a que more en nuestro corazón, a que se ocupe de nuestros enemigos, a que haga nuestra vida grata y que nuestra familia y nuestro trabajo sean bendecidos.

Conclusión: Haz el siguiente ejercicio, toma una hoja de papel en blanco y escribe todo lo que Dios ponga en tu corazón que debe ser cambiado, después ora al señor que renueve tu vida y cambie todas esas áreas que necesitan de su ayuda. Pronto verás como todo mejora.

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