3° mandamiento: No tomar el nombre de Dios en vano

No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano; porque no dará por inocente el Señor al que tomare su nombre en vano. Éxodo 20:7
Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Mateo 6:9

¿Qué significa este mandamiento a través del cual Dios prohíbe a su pueblo, y por extensión a cada uno de nosotros, tomar su nombre en vano?

Antes de responder a esta pregunta consideremos algunos atributos de Dios: Es el Dios de eternidad (Isaías 40:28), de gloria (Salmo 29:3) y el Dios que los cielos no pueden contener (1 Reyes 8:27). También es un Dios santo, separado del mal. Si en este mundo tenemos respeto por algunas personalidades importantes cuyo nombre no pronunciaríamos de forma irrespetuosa, ¡Cuanto más respeto debemos tener por el nombre del Dios Todopoderoso, no utilizándolo en vano, es decir, de forma ligera o blasfema!

Tomar el nombre de Dios en vano es:
- Asociar su nombre a una expresión que expresa sorpresa, impaciencia o ira. Este tipo de expresiones desgraciadamente son habituales en el lenguaje corriente de nuestros días.
- Pronunciar el nombre de Dios en ritos religiosos u oraciones recitadas de forma mecánica, sin que haya, de parte de los interesados, una verdadera fe.
- Invocar el nombre de Dios para acreditar un falso testimonio o una mentira.

Ciertamente Dios no pasa por alto la violación de este tercer mandamiento de la ley.

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