Mi mirada sigue al gorrión mientras revolotea buscando alimento y un sitio donde anidar. Yo lo conduzco a un lugar de reposo, y él confía en Mí. No se preocupa por lo que no tiene. Se dedica a lo suyo y confía en que Yo proveeré para sus necesidades. Aunque los gorriones son pequeños y numerosos, Yo los conozco a todos y velo por ellos. Me acuerdo de cada uno y le prodigo Mis cuidados (Salmo 84:3; Mateo 6:26; 10:29).
Tú para Mí tienes mucho más valor que todos los gorriones juntos. Si me preocupo tanto de esos pajaritos que parecen insignificantes, ¿no me preocuparé también de ti?
Conozco tus cuitas y entiendo tus temores. Estoy para infundirte fe y responder a tus oraciones. Pero es preciso que confíes en Mí como hace el gorrioncito. A él no lo ves aleteando frenéticamente, sumido en el pánico. Vive tranquilo y en paz, sabiendo que no le quito los ojos de encima y que lo cuidaré como cuido de todos los Míos.
Tengo también la mirada puesta en ti, y estoy siempre listo para prestarte asistencia. Así que confía en Mí, ¿de acuerdo? Que sea Yo quien se preocupe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario