¿Sabes qué le pedí a DIOS? Que te cuidara!
Él sonrió y me mostró sus manos, las cuales tenía cerradas y me mostró que dentro de ellas estabas TÚ! Me volvió a sonreir y me dijo:
"¿Qué crees que le pueda pasar si siempre está en mis manos"?
Le dije: gracias Señor porque esa persona que tienes entre tus manos es muy especial para mí.
Él me miró y dulcemente me dijo:
"Si para tí es especial, imagínate para mí que soy su padre".
¡¡¡DIOS TE BENDIGA!!!!
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