La Fe: Don de Dios fundamental para nuestra Salvación - Diciembre 19

"El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará" 
(Mc 16,16). 

Sabemos que la fe es un don que Dios nos regaló en el día de nuestro Bautismo; sin embargo, algunos no saben o no recuerdan qué es la fe. “La fe es un acto personal: la respuesta libre del hombre a la iniciativa de Dios que se revela. Pero la fe no es un acto aislado. Nadie puede creer solo, como nadie puede vivir solo. Nadie se ha dado la fe a sí mismo, como nadie se ha dado la vida a sí mismo. El creyente ha recibido la fe de otro, debe transmitirla a otro. Nuestro amor a Jesús y a los hombres nos impulsa a hablar a otros de nuestra fe. Cada creyente es como un eslabón en la gran cadena de los creyentes. Yo no puedo creer sin ser sostenido por la fe de los otros, y por mi fe yo contribuyo a sostener la fe de los otros. La fe es una adhesión personal del hombre entero a Dios que se revela. Comprende una adhesión de la inteligencia y de la voluntad a la Revelación que Dios ha hecho de sí mismo mediante sus obras y sus palabras" (CIC, 166 y 176). Queridos lectores, la fe es necesaria para nuestra salvación, ya que sin ella obramos movidos por nuestros caprichos y no conforme a la Voluntad de Dios. Por ejemplo, este Tiempo de Adviento y de ferias próximas a la Navidad requiere de nuestra fe para esperar preparados y con alegría el acontecimiento del Nacimiento del Señor. Sin fe, preparamos solo lo externo: las casas, las calles, los alumbrados, la ropa nueva del estrene, la comida y bebida, pero no lo fundamental, que es el alma, un buen examen de conciencia para una santa Confesión, la Santa Eucaristía dominical y de la noche de Navidad. Recordemos las palabras de Santo Tomás de Aquino: "La fe [...] es un gusto anticipado del conocimiento que nos hará bienaventurados en la vida futura".

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