Dejó en la conciencia popular una gran estela de santidad, confirmada con los muchos milagros y favores que algunas personas dicen haber alcanzado por su intercesión. Nació en el año 270 en Licia (Turquía). Desde niño se caracterizó por su generosidad para con los pobres, por eso decía a sus padres: "sería un pecado no repartir mucho, siendo que Dios nos ha dado tanto". Ya en su juventud empezó a cultivar las virtudes de la vida religiosa y al ingresar al convento repartió toda su herencia a los pobres. Luego de ser ordenado sacerdote, y después de un viaje a Tierra Santa, lo consagraron obispo de Myra, en Turquía. Como pastor de la Iglesia, asistió al Concilio de Nicea, en donde reafirmó la divinidad de Cristo, proclamando que es de la misma esencia del Padre, En la época del emperador Licino, quien decretó una persecución contra los cristianos, Nicolás fue encarcelado y azotado; sin embargo, el emperador Constantino lo liberó a él y a los demás prisioneros cristianos. Se dice que murió el 6 de diciembre del año 345 en Myra (Turquía) y desde entonces se le tributa culto de santidad, Sus restos habrían sido llevados por un grupo de católicos a la ciudad de Bari (Italia), en donde se conservan hasta la fecha. Su testimonio llega hasta nosotros y nos enseña a ver en Jesús al Hijo de Dios y a llevarlo a todos sin distinción alguna. Su amor por la Eucaristía nos lo trasmite al adorarlo únicamente a Él y verlo como Señor y mediador entre Dios Padre y la humanidad.
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