Hoy contemplamos la Muerte de Cristo en la Cruz por amor a los hombres. El Papa Francisco nos recuerda que “en el Viernes Santo, que es día de penitencia y ayuno, conmemoraremos la Pasión y la Muerte de Jesús, permaneciendo absortos en adoración de la Cruz. «Mirad el árbol de la Cruz, donde estuvo clavada la Salvación del mundo». En el Calvario, el Hijo de Dios cargó sobre sí nuestros pecados, ofreciéndose al Padre como víctima de expiación. Desde la Cruz, fuente de nuestra salvación, brota la vida nueva de los hijos de Dios. Con la muerte en Cruz, Cristo nos ha reconciliado con Dios y ha puesto en el mundo las bases de una convivencia fraterna entre todos. En Cristo, el ser humano frágil, y que anhela la felicidad, ha sido rescatado de la esclavitud del maligno y de la muerte, que engendra tristeza y dolor. La Sangre del Redentor ha lavado nuestros pecados. Así hemos experimentado la fuerza renovadora de su perdón. La misericordia divina abre el corazón al perdón de los hermanos, y, con el perdón ofrecido y recibido, es como se construye la paz en las familias y en todos los demás ambientes de vida.” Hoy no se celebra la Eucaristía en todo el mundo. El altar luce sin mantel, sin Cruz, sin velas ni adornos. Los ministros ordenados se postran en el suelo y la asamblea permanece de rodillas ante el altar al comienzo de la celebración de la Pasión del Señor y de la Adoración de la Santa Cruz. Son la imagen de la humanidad hundida y oprimida, y al tiempo penitente, que implora perdón por sus pecados. Sus ornamentos son de color rojo, el color de los mártires: de Jesús, el Primer Testigo del amor del Padre y de todos aquellos que, como Él, dieron y siguen dando su vida por proclamar la liberación que Dios nos ofrece. El Mesías se ha hecho carne de nuestra carne, y ha asumido el ser hombre hasta la muerte y una muerte de Cruz. Pero fue una muerte aceptada como rescate por todos, muerte Redentora, muerte que nos da vida. Que hoy, al celebrar el Vía Crucis, la Pasión y Adoración de la Cruz, junto con el Sermón de las Siete Palabras y el descendimiento del Señor al Sepulcro, contemplemos desde nuestra vida a Jesús que nos otorgó la Salvación a precio de su Sangre desde el madero de la Cruz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario