“Alegra mi corazón con tu auxilio y cantaré al Señor por el bien que me ha hecho”. (Sal 12, 6)
Esta celebración del Inmaculado Corazón de María está íntimamente unida a la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús y produce frutos en abundancia para el bien espiritual de la Iglesia y el mundo entero. La devoción al Inmaculado Corazón de María fue promovida por San Juan Eudes en el siglo XVIl. El Papa Pio XII, de feliz memoria, instituyó en 1944 la Fiesta del Corazón Inmaculado de María, independiente de la celebración del Sagrado Corazón de Jesús. El mismo venerable Pontifice se refirió esta fiesta con las siguientes palabras: "Ha sido Voluntad de Dios que, en la obra de la Redención humana, la Santísima Virgen María estuviera inseparablemente unida con Jesucristo; tanto que nuestra salvación auxilio es fruto de la caridad de Jesucristo y de sus padecimientos, a los cuales 6)estaban íntimamente unidos el amor y los dolores de su Madre. Por eso, el pueblo cristiano, que por medio de María ha recibido de Jesucristo la vida divina, rinde también al amantisimo Corazón de su Madre celestial parecidos obsequios de piedad, amor agradecimiento y reparación. Los Corazones de Jesús y María están unidos en el tiempo y en la eternidad. La Iglesia nos enseña que el modo más seguro de llegar Jesús es por medio de su Madre Santísima, por ello las palabras de San Alfonso María de Ligorio nos reiteran esta afirmación: El camino más corto para llegar a Cristo es la Santísima Virgen María".
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