“Estén siempre alegres en el Señor, se lo repito, estén alegres. El Señor está cerca
(Fip 4, 4.5)
Hermanos, hoy es el domingo de ¡Gaudete!, palabra latina que significa “¡Alégrate!” y nos invita a dejarnos invadir por el gozo que produce contemplar la salvación de Dios en nuestra vida en la Persona de Jesús. El Evangelio de Juan nos contagia del sentimiento de expectativa por la llegada del Señor y compara a Jesús con la luz. ¿Cuál es la razón? El evangelista no está hablando de la luz que produce una vela o la luz del sol, sino que tiene en su mente el relato del Génesis y recuerda la primera acción creadora de Dios para ordenar el caos reinante: "¡Hágase la luz!", En este sentido, Jesús es la luz creadora, es la expresión visible de la acción de Dios que ordena nuestro caos y disipa las tinieblas de nuestra existencia; en otras palabras, Jesús surge en nosotros como el sentido de la vida y la garantía de la victoria del amor de Dios sobre cualquier caos que intente amenazar nuestra existencia. Ver la vida con sentido y claridad es una gran alegría, porque nos permite contemplar las cosas con esperanza, misericordia y verdad. Cuando hacemos de Cristo nuestra Luz, podemos discernir todo y quedarnos con lo bueno, como dice Pablo y llegamos a experimentar un gozo interior que no depende de las circunstancias y trasciende los estados de ánimo. Alegrarnos en el Señor significa sentimos revestidos de un manto de triunfo y de justicia, que nos hace buscar el bien común en medio de la adversidad y nos da la fuerza para cantar la grandeza del Señor, como en el Salmo, declarando todas tas obras que Dios ha hecho en nuestro favor. Alegrémonos porque el Señor está por llegar y su visita nos asegura una vida nueva en el amor.
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