Jueves Santo: Un Amor que se entrega hasta el extremo

Hermanos, hoy iniciamos el Sagrado Triduo Pascual con la celebración de la Cena del Señor en horas de la tarde. En este Jueves Santo se nos presenta el amor como el único camino que lleva a la verdadera felicidad, pues nos dispone a vivir desde la lógica del servicio para restaurar la vida humana sin excepciones. La invitación trasciende el recuerdo de aquello que hizo Jesús con sus discípulos en la Última Cena, puesto que estamos llamados a vivir nosotros mismos una Cena con el Señor, para así dejar que Él lave nuestros pies y poder tener parte en su herencia: la Vida Eterna. Seamos humildes ante el Señor, ya que Él quiere lavarnos de nuestra falta de solidaridad, de la indiferencia ante el dolor del otro, de los rencores y de toda actitud que maltrate la vida del prójimo. De igual modo, el Señor desea lavarnos hoy de nuestros dolores, de las ofensas que recibimos, de los recuerdos tristes, en fin, de todo aquello que genere miedo a amar. Por otro lado, no podemos lavar los pies de nuestros hermanos si antes no dejamos que Jesús toque nuestra historia personal, sin apariencias ni engaños, así como los pies polvorientos y heridos de aquel que ha caminado largas jornadas y necesita urgente una atención. Jesús no quiere juzgarnos ni criticarnos por nuestros errores, solo perdonarnos y restaurarnos. Hoy, por Cristo, todos somos pan partido para alimentar a la humanidad, por ello, hagamos de nuestra vida Eucaristía permanente y ante su Presencia en el Santísimo Sacramento, decidámonos una a cuidar a los demás de la misma manera en que El nos ha cuidado.

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