El Pontífice invitó a los presidentes Peres y Abbas, de visita en el Vaticano, a construir un “diálogo sin temor”.
Por Dario Menor, Periodico El Tiempo
Los líderes de Israel, Shimon Peres, y Palestina, Mahmud Abbas, se dan la mano junto al papa luego de las oraciones. Efe |
Ciudad del Vaticano. Cuando hace dos semanas visitó Tierra Santa, el papa Francisco no se quedó en los habituales llamados para que acabe el conflicto, sino que se convirtió en un “artesano por la paz”, como él mismo dijo, al convencer a los presidentes de Israel y Palestina, Shimon Peres y Mahmud Abbas, respectivamente, para que también ellos fueran “artífices de paz”.
El primer resultado de aquel gesto se vio ayer en los Jardines Vaticanos, donde el pontífice, Peres y Abbas, acompañados por el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé, realizaron una histórica invocación por la paz.
Como territorio neutral para que israelíes y palestinos rezaran juntos, el papa Francisco podía haber elegido pocos lugares al aire libre tan hermosos y resguardados dentro del Estado de la Ciudad del Vaticano.
En un momento en que las negociaciones entre israelíes y palestinos están en un pun-to muerto tras el nacimiento del gobierno de unidad nacional entre Al Fatah y Hamás, el papa Francisco consiguió juntar a los jefes de Estado de ambos países para implorar a Dios que les echara una ma-no en su difícil camino hacia la paz.
En su intervención, el papa se acordó primero de los hijos de ambos bandos, “hijos que están cansados y agotados por los conflictos y con ganas de llegar a los albores de la paz; hijos que nos piden derribar los muros de la enemistad y tomar el camino del diálogo y de la paz”. Les recordó a los presidentes de Israel y Palestina que el mundo es “un legado que hemos recibido de nuestros antepasados, pero también un préstamo de nuestro hijos”.
Décadas de conflicto en Oriente Próximo han dejado por el camino a “demasiados de estos hijos” como “víctimas inocentes de la guerra y de la violencia”. El pontífice los consideró como “plantas arrancadas en plena floración”. Los hombres y mujeres de hoy, aseguró, tenemos el deber de lograr que su sacrificio “no sea en vano”.
“Que su memoria nos infunda el valor de la paz, la fuerza de perseverar en el diálogo a toda costa, la paciencia para tejer día tras día el entramado cada vez más robusto de una convivencia respetuosa y pacífica”, pidió.
Como ya lo hizo durante su viaje en Tierra Santa, Francisco los invitó a que tuvieran el coraje suficiente para conseguir la paz. “Se necesita valor para decir sí al encuentro y no al enfrentamiento, sí al diálogo y no a la violencia, sí a la negociación y no a la hostilidad”.
El papa le pidió ayuda a Dios, pues consideró que hacía falta su presencia, pero sin renunciar a “nuestras responsabilidades” frente a “nuestras conciencias y nuestros pueblos”.
Al final del momento de oración plantaron un árbol como símbolo de paz. Efe |
Si Francisco se acordó de los hijos del conflicto, Peres recordó a sus madres. “Dos pueblos, los israelíes y los palestinos, siguen deseando ardientemente la paz. Las lágrimas de las madres por sus hijos siguen grabadas en nuestros corazones. Debemos poner fin a los gritos, a la violencia, al conflicto. Todos necesitamos paz”, dijo el presidente israelí.
Para subrayar cuál era su idea de cómo debe ser el proceso de negociación, subrayó que ambos pueblos deben caminar hacia una “paz entre iguales”.
Abbas coincidió con Peres en que también el pueblo de Palestina, como el de Israel, desea “ardientemente una paz justa”, a lo que añadió el anhelo de “una vida digna y de libertad”. En la única nota política que se destiló en los tres discursos, el presidente palestino citó implícitamente en varias ocasiones la reivindicación palestina sobre “nuestra ciudad santa de Jerusalén”.
La invocación por la paz concluyó cuando Francisco, Peres y Abbas plantaron juntos un olivo como símbolo de la paz. A continuación, mantuvieron un encuentro a puerta cerrada sobre el que hay puestas grandes expectativas, pues se espera que ayude a crear un mayor clima de confianza que permita dar pa-sos concretos hacia la paz.
“Se necesita valor para decir sí al diálogo y no a la violencia, sí a la negociación y no ala hostilidad”. Papa Francisco
El papa Francisco consiguió juntarlos para implorar a Dios que les echara una mano.
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