Al continuar celebrando esta octava de Navidad, conmemoramos al Hijo de Zebedeo y de Salomé, hermano de Santiago el Mayor, pescador de profesión, oriundo de Betsaida y, como Pedro y Andrés, ocupa un puesto de primer plano en la lista de los apóstoles. Es el autor del cuarto Evangelio y del libro del Apocalipsis. San Juan era pescador, tal como su hermano y su padre, y según señalan los antiguos relatos, fue discípulo de Juan el Bautista. La primera vez que Juan conoció a Jesús estaba con su hermano Santiago, y con sus amigos Simón y Andrés remendando las redes a la orilla del lago; el Señor pasó cerca y les dijo: "Vengan conmigo y os haré pescadores de hombres" (Mt 4, 19). Ante este llamado, el apóstol dejó inmediatamente sus redes y a su padre, y siguió al Señor. Juan evangelista conformó junto con Pedro y Santiago, el pequeño grupo de preferidos que Jesús llevaba a todas partes y que presenciaron sus más grandes milagros. Los tres estuvieron presentes en la Transfiguración y presenciaron la resurrección de la hija de Jairo. Los tres presenciaron la agonía de Cristo en el Huerto de los Olivos, y junto con Pedro, se encargó de preparar la Ultima Cena. Cristo le encomendó que se encargara de cuidar a su Madre Santísima, como si fuera su propia madre, diciéndole: "He ahí a tu madre, y a María: He ahí a tu hijo". Murió en avanzada edad en Efeso durante el imperio de Trajano (98-117)
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