Mártires. En este día de fiesta celebramos la memoria de los niños inocentes que mandó matar Herodes. La Iglesia honra como mártires a este grupo de niños víctimas del sospechoso y sanguinario rey Herodes, quienes fueron arrancados de los brazos maternos en tierna edad para escribir con su sangre la primera página del libro de oro de los mártires cristianos. De esta crueldad se salvó nuestro Salvador, gracias a la disponibilidad de San José, quien escuchó la voz del ángel que le advertía del peligro que se avecinaba: el rey, después de escuchar a los Magos sobre la llegada de un nuevo rey, se encolerizó y mandó asesinar a todos los niños menores de dos años en Belén y sus alrededores (Mt 2, 16). La Sagrada Familia, con tal de proteger su vida tuvo que abandonar su tierra y a sus seres queridos para refugiarse en Egipto. Herodes llevaba muchos años gobernando de manera cruel, feroz y estaba resuelto a matar a todo el que pretendiera ser rey de lsrael. Por eso, la noticia del Nacimiento de Jesús que iba a ser rey poderoso, lo llenó de temor y dispuso tomar medidas desastrosas para terminar con la amenaza. Aquí, se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremias: "Una voz se oyó en Rama, llanto y lamento grande, Raquel lloraba a sus hijos y no quería ser consolada, pues se ha quedado sin ellos" (Jr 31, 15; Mt 2, 18), Que esta fiesta nos ayude a alejarnos del pecado, especialmente de aquel que afecta la integridad de los niños y desprotegidos de la sociedad.
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