Agradécelo todo. La gratitud es el solvente que diluye la queja. El toque mágico que atrae la abundancia. La decisión de no renegar. La posibilidad de darle paso abierto a la alegría. La mayor prueba de nuestra humildad.
Agradécelo todo. Agradece por estar, por ser, por tener, por ganar, por perder, por ir, por venir, por intentar, por errar, por conocer, por sentir. Si agradeces, tu cuenta espiritual ganará intereses. Tus ojos verán nuevos colores. No escucharás ruidos, sino melodías. Tu vida será una gran caricia. Te harás invencible.
Agradécelo todo. No te quejes del llanto, celebra que lo escuchas. No lamentes el pasado, agradece el tiempo que has vivido. No reniegues de tu familia, alégrate de no estar solo. El vaso siempre está medio lleno; jamás, medio vacío. No hay cosas que olvidas, hay cosas que recuerdas.
Agradécelo todo. No es más que un asunto de enfoque. Tú eliges ver virtudes o defectos. Premiar o castigar. Tienes dos fichas.
Trasciende tus miserias… Agradécelo todo. ¡Que Dios te bendiga!
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