La Misericordia del Señor es eterna - Abril 23

Hermanos, la Iglesia se reúne como comunidad de fe para celebrar el "domingo de la misericordia", en el que se hace memoria del inmenso amor que Dios tiene por nosotros y que ningún hecho a lo largo de la historia ha logrado menguar. El año pasado celebramos el Jubileo Extraordinario de la Misericordia, que nos permitió tomar conciencia de esta palabra y de lo que significa para los cristianos, pues nosotros mismos somos reflejo testimonio de la misericordia de Dios. El cristianismo no es la religión de los perfectos ni de los puros, sino de los que aceptaron la llamada de Dios, sin detenerse por las limitaciones que tuvieran. La misericordia es, por lo tanto, la manera como Dios nos mira, no para juzgarnos o condenarnos, sino para levantarnos del pecado, sanar nuestras heridas e invitarnos caminar con Él. La lglesia es sabia al disponer esta celebración para el segundo domingo de Pascua, pues la semana pasada celebramos el testimonio más grande del amor y de la misericordia del Creador: la entrega y resurrección de su propio Hijo por nuestra redención. Esta semana que iniciamos y nuestra vida tienen que ser reflejo del amor y de la misericordia de Dios.

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