San José Obrero - Mayo 01

"¡Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos! Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien". (Sal 127, 1-2)

Al iniciar este mes dedicado a la Bienaventurada Virgen Maria, celebramos la memoria de San José, Obrero, en el día del trabajo Él es el modelo del trabajador que se esmera por hacer las labores de una manera justa y perfecta. En 1955, el Papa Pío XII quiso dar al 1 de mayo un tinte religioso, y lo hizo dedicándolo a San José, resaltando su rol de trabajador, esta idea se realizó y la fiesta civil del trabajo se convirtió en una celebración cristiana Queremos recordar el numeral nueve de la Encíclica Laborem exercens (sobre el trabajo), afirmando que "el trabajo es un bien del hombre, porque mediante el trabajo el hombre no solo transforma la naturaleza adaptándola a las propias necesidades, sino que se realiza a sí mismo como hombre, es más, en cierto sentido se hace más hombre". Al meditar estas palabras que nos ayudan a comprender lo que significa el trabajo contemplamos la figura de San José, que en su vida terrena se esmeró por trabajar arduamente como carpintero para mantener con sus propias manos a su familia y de esta manera proveerle lo necesario, dignificando su vida y al mismo tiempo, enseñando al Señor Jesús el valor del trabajo. Queridos hermanos, Dios nos enseñó a trabajar y ejemplo de ello lo vemos reflejado en la magnífica obra de la Creación. Bien lo dice el Papa Francisco que "el trabajo nos da la dignidad, quien trabaja es digno, tiene una dignidad especial, una dignidad de persona: el hombre y la mujer que trabajan son dignos. En cambio, los que no trabajan no tienen esta dignidad; pero tantos son aquellos que quieren trabajar y no pueden. Esto es un peso para nuestra conciencia, porque cuando la sociedad está organizada de tal modo, esa sociedad no va bien,  y no es justa! Va contra el mismo Dios, que ha querido que nuestra dignidad comience desde aquí". Seamos solidarios con aquellos que no tienen trabajo, ayudándoles desde nuestra pequeñez, démosle gracias a Dios por el trabajo que tenemos y encomendemos en las manos de San José Obrero a quienes no logran conseguirlo.

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