Santo Tomás, Apóstol - Julio 03

Entramos a la décima tercera semana del Tiempo Ordinario, y en ella celebramos la fiesta del Apóstol Santo Tomás, a quien se le conoce por su incredulidad" después de la muerte del Señor. Jesús se apareció a los discípulos el día de la Resurrección para convencerlos de que estaba vivo realmente. El apóstol Tomás que estaba ausente, se negó a creer en la Resurrección de Jesús: "Si no veo en sus manos la huella de los clavos y pongo el dedo en los agujeros de los clavos y si no meto la mano en su costado, no creeré Sin embargo, luego de ver a Cristo resucitado, se reivindica con esta bella exclamación: "¡Señor mío y Dios mío! El venerable Papa emérito, Benedicto XVI, nos recuerda que "Santo Tomás Apóstol era judío, pescador de oficio. Tuvo la bendición de seguir a Cristo, quien lo hizo apóstol en el año 31, aproximadamente. El Evangelio de San Juan lo llama a veces con el apodo de "Didimo" (Jn 11, 16; 20, 24; 21, 2), que en griego quiere decir 'mellizo'; no se conoce el motivo de este apelativo El Cuarto Evangelio, nos ofrece algunos rasgos significativos de su personalidad. La exhortación que hizo a los demás apóstoles cuando Jesús, en un momento crítico de su vida decidió ir a Betania para resucitar a Lázaro, acercándose así de manera peligrosa a Jerusalén en esa ocasión, Tomás dijo a sus condiscípulos: "Vayamos también nosotros a morir con El' (Jn 11, 16). Esta determinación para seguir al Maestro es verdaderamente ejemplar y nos da una lección valiosa: revela la total disponibilidad a seguir a Jesús hasta identificar su propia suerte con la de El y querer compartir la prueba suprema de la muerte". Murió martirizado en el año 72 en Mailipur, India.

No hay comentarios:

Publicar un comentario