"Aquí esta la Esclava del Señor" - Diciembre 24

"Cielos, destilen el rocío, nubes, derramen la victoria, ábrase la tierra y brote la salvación" (Is 45, 8) 

Este año el 24 el diciembre coincide con el domingo. Es una gran oportunidad para vivir de una manera más especial el gran regalo que Dios nos da con el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo. El cuarto domingo de Adviento cierra este tiempo litúrgico y empezamos a organizar para celebrar el tiempo de la Navidad. Lo más importante para este día es tomar conciencia de las grandes profecías que se fueron dando y preparaban el camino del Señor. También ese caminar espiritual lo hemos realizado de la mano de la Santísima Virgen María. Ella nos ha enseñado a abrirnos a la voluntad de Dios sin reserva alguna. La Virgen será la señal más clara que el Mesías nacerá y vivirá en medio de nosotros; pero allí descubrimos la voluntad de Dios que hace maravillas desde la sencillez la humildad. Con el tiempo de Adviento hemos aprendido a despojarnos de las cosas que inflaman nuestro orgullo. Han sido varias semanas donde el Señor nos ha ido puliendo para que no vivamos una "Navidad más", sino una diferente y con compromisos realizables. Llega la hora en que también nosotros encarnemos la Palabra y la hagamos vida en medio de tantos signos de muerte que hay en nuestra sociedad. No podemos brillar si el Señor no nace en nuestras vidas. Como María digamos: "Fiat (SI); aquí estoy, Señor, para que mi vida, entre tus manos sea moldeada y pueda hacer de cada instante un verdadero signo de se amor Cada vida y cada persona se convertirá en el mejor pesebre, donde acoge ante todo, el amor y la misericordia de Dios; de esta manera, se abren nuestras vidas al prójimo y en especial al más necesitado. No terminemos el Adviento sin un buen propósito que nos puede llevar a una confesión y arrepentimiento para ser nuevas criaturas al dejar nacer a Jesús en nuestros corazones.

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