LUNES SANTO - LA UNCION EN BETANIA: PRELUDIO DE LA MUERTE DE JESUS

La Cena de Betania es el preludio de la muerte de Jesús, bajo el signo de la unción que María hizo en honor del Maestro y que Él acepto en previsión de su sepultura. El Papa Emérito Benedicto XVI nos dice que "también es anuncio de la Resurrección mediante la presencia misma del resucitado Lazaro, testimonio elocuente del poder de Cristo sobre la muerte. Además de su profundo significado pascual, la narración de la cena de Betania encierra una emotiva resonancia llena de afecto y devoción; una mezcla de alegría y de dolor: alegría de fiesta por la visita de Jesús y de sus discípulos, por la resurrección de Lazaro y por la Pascua ya cercana; y amargura profunda porque esa Pascua podía ser la última, como hacían temer las tramas de los judíos que querían la muerte de Jesús y las amenazas contra el mismo Lazaro cuya muerte se proyectaba". En este pasaje evangélico, la unción de María, hermana de Lazaro, indicaba ya la muerte y sepultura de Jesús; María se mostraba como verdadera creyente cristiana. Cristo mismo es este perfume, Él es el bálsamo que baja del Cielo y que, según el plan amoroso del Padre Celestial, habrá de salvar a toda la humanidad, siempre que esta crea en Él, y que la elevara a la dignidad de sacerdotes y reyes. Aquí Jesús comprende que María ha intuido el amor de Dios e indica que ya se acerca su hora, la hora en la que el Amor hallara su expresión suprema en el madero de la Cruz: el Hijo de Dios se entrega a si mismo para que el hombre tenga vida, desciende a los abismos de la muerte para llevar al hombre a las alturas de Dios.

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