Tercero del Tiempo de Adviento "Gaudete"

"Estén siempre alegres en el Señor les repito: estén alegres. El Señor está cerca (Flp 4, 4.5) 

El día de hoy damos inicio a la Novena de Navidad, dejemos que esta peregrinación suscite en nosotros la docilidad necesaria, para que la Palabra. escuchada llegue hasta la división del alma y el espiritu (Hb 4, 12), llevándonos a volver la mirada al interior de nuestro ser para ver con claridad nuestra realidad y reconocer así la necesidad del otro. Pidamos a la Virgen María, mujer de la escucha y el testimonio, que interceda ante su Hijo, para que Él, en su infinita misericordia, infunda en nosotros el deseo de servirle y obrar conforme a su Voluntad. 

Estén siempre alegres en el Señor
En este tercer domingo de Adviento ya se empieza a sentir la alegría por la Venida del Señor, por eso es llamado "domingo de gaudete", o de la alegría. Este sentimiento de gozo es comparable al de los padres cuando se enteran de que viene un bebé en camino; aún no lo ven, pero lo pueden sentir. Como veremos en la liturgia de la Palabra de este día, el profeta Sofonias nos invita a estar alegres porque Dios nunca ha abandonado a su pueblo. Asimismo, San Pablo, a la comunidad de Filipo y hoy a nosotros, nos lo repite: "alégrense en el Señor". Nuestra Iglesia puede pasar por momentos de crisis que parecen tener la capacidad de hundirla, pero ante ellos nosotros debemos mantener la alegría por todas las cosas buenas que hay en Ella y comprometernos a cambiar todo aquello que genere heridas o dolor. ¿Qué aportamos a nuestra Iglesia? A propósito de Pablo, cabe destacar que él nos pide que nos alegremos "en el Señor", porque la verdadera alegría proviene de Él y por eso no debemos finalizar el Tiempo de Adviento sin tener presente que Jesús nacerá espiritualmente en nosotros. Por otra parte, en el Evangelio, a Juan el Bautista le hacen una pregunta muy válida para nosotros también: ¿qué debemos hacer? La respuesta es sencilla: compartir y ayudar a los más necesitados, no abusar de nuestro poder y no aprovecharnos de la debilidad de los demás, en pocas palabras, hacer más amena y alegre la vida a nuestro prójimo. Hermanos, que esta Navidad no se preste solamente para hacer natillas, buñuelos, fiestas, regalos, paseos, etc., sino para compartir con alegría la Buena Noticia de la Venida del Señor. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario