Entonces corrió y se subió a un árbol para verlo cuando pasara por ahí. Al llegar a ese lugar, Jesús levantó los ojos y le dijo: "Zaqueo, bájate pronto, porque hoy tengo que hospedarme en tu casa".
Lucas 19, 1
En ocasiones nos sentimos derrotados y sin fuerzas, para llegar a pensar que nuestra salvación este cerca. Pensamos que nuestra vida no ha sido la más digna y que no es fácil establecer una relación nueva y diferente con Dios.
Jesús nos muestra que Dios no está interesado en nuestra vida pasada. Él quiere para nosotros una vida nueva en la que los valores del amor y la justicia puedan ser vividos en su totalidad.
La salvación, y con ello la amistad con Dios, se realiza en el momento que nosotros decidimos iniciar un camino de encuentro con Dios y con los demás. En el momento en que nos damos cuenta que nuestra vida puede ser mucho mejor y más feliz de lo que ya es.
No tengamos temor de amar a Dios. Zaqueo nos enseña que nuestro Dios es el Dios de la misericordia que nos invita a dejarlo entrar en nuestra casa. Jesús nos llama todos los días, esta allí a la puerta. Lo escuchamos, pero nos parece que son cosas de nuestra mente, y es una equivocación. Abrámosle las puertas, dejemos que actué en nuestras vidas. Nuestro Dios es amoroso, y quiere llegar a todas nuestras casas, a nuestras familias... y quedarse en nuestros corazones.
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