Encuentro con Jesucristo

Hoy empezamos los cristianos un nuevo año litúrgico. Somos invitados a celebrar, en un único y progresivo movimiento, el Adviento, la Navidad y la Epifanía. Adviento es tiempo de gozo y esperanza. La liturgia empieza con un solemne pregón, dirigido a todos los pueblos del mundo. Dios deja oír su Voz a través del profeta Isaías. Desde un lugar alto, una montaña, invita a todos a subir y a encontrarse con Él. Tiene un mundo nuevo para ofrecer. En contraste con los caminos extraviados en los que el hombre marcha, Dios le ofrece sus caminos y sus sendas. En lugar de una ley muy humana que guíe sus pasos, Dios le ofrece su Ley y su Palabra, que que son luz y guías seguras de caminantes. En lugar de un mundo dividido y en guerras fraticidas Dios ofrece un mundo de paz. Ya no habrá espadas para la muerte, sino arados para la vida, ya no habrá lanzas que causen mal, sino podaderas, instrumentos que traen bienestar para todos. Ya no se formarán para la guerra sino para el mundo nuevo que Dios ofrece, mundo de paz y disfrute de los bienes, mundo solidario y fraterno. San Pablo en su carta a los Romanos nos alerta: Dense cuenta del mundo en que viven: es la hora de despertar porque la salvación está más cerca que cuando empezamos a creer. Cuando Jesucristo, el Dios encarnado, entra al mundo viene de nuevo la voz de Dios Padre para actualizar en él, de forma definitiva, el proyecto divino que anunció Isaías. Es un proyecto divino que implica lucha por el bien que Dios quiere en contra del mal que reina en el mundo. Hagamos muy nuestra esta invitación a entrar con decisión cristiana en el recorrido del gran misterio de Cristo. Se trata de vivir nuestra vida cristiana al ritmo de la vida y la misión del Señor a través de la liturgia. ¿Cuál es nuestro modo de esperar la venida de Jesús? Adviento es una llamada a la preparación de la Navidad: ¿De qué manera práctica voy a cambiar para ser mejor? 

NOTA: Hoy comienza la bella tradición de la "corona de adviento", y con ella la invitación a dejar a Dios habitar entre nosotros.

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