"Subió al monte y llamó a los que Él quiso; y vinieron donde Él"
(Mc 3,13).
Hermanos, hoy damos inicio a la novena de Navidad, la cual queremos acompañar con algunos temas a modo de reflexión que nos ayudarán a prepararnos de una mejor manera para el tiempo de la Navidad. El tema que proponemos para hoy es "Ir al encuentro de Cristo". Cuando Moisés, ante la zarza ardiente, recibió la llamada de Dios, le preguntó su nombre. Y Dios le respondió: "Yo soy el que soy" (Ex 3,14). Esta revelación del Señor manifiesta Presencia y Gracia ante un encuentro de Dios con Moisés. Ya en el Nuevo Testamento, también Cristo, cuando convoca a sus discípulos, se encuentra con ellos y los llama para que estén con Él (Mc 3,13-19). En este Tiempo de Adviento, próximo a la Navidad, el Señor sale a buscarnos, a encontrarnos y lo que tenemos que hacer es 'ir a este encuentro' para que Él transforme nuestras vidas: "Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo" (Ap 3, 20). Muchas veces nos preguntamos ¿cómo tener un encuentro personal con Cristo?, y la respuesta está en una vida de oración (donde le hablamos y lo escuchamos), y de encuentro solidario con el hermano, la vivencia de los Sacramentos, especialmente el de la Eucaristía, y la cercanía diaria a su Palabra para escucharlo y conocerlo, pues nadie ama lo que no conoce. La clave del encuentro personal con Cristo está en la relación de amor, la amistad y la intimidad con el Señor. Hermanos, tengamos presente que dejarnos encontrar por Cristo y salir a su encuentro nos da vida, nos renueva desde lo más profundo, nos da su alegría y fortalece nuestra fe. Por último, finalizamos esta reflexión con unas lineas del Documento de Aparecida que reza así: "Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo (DA 29).
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