LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA - Diciembre 08

"Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios; porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novia que se adorna con sus joyas". 
(Is 61,10) 

Hermanos, hoy celebramos la Solemnidad de la Santísima Virgen María en la advocación de la Inmaculada Concepción, dogma que expresa la pureza de "llena de gracia", que por la gracia de Dios fue preservada del pecado desde antes de su Concepción, en previsión de los méritos de su Hijo Jesús. María concibió al Hijo de Dios en su vientre y desde entonces se hizo Sagrario Inmaculado del Verbo encarnado, a quien esperamos con ansias y nos preparamos a recibir en esta próxima Navidad. María debía ser preservada de toda mancha de pecado, porque, dentro de la historia salvífica, estaba destinada a alojar en su vientre al mismo Dios, que se encarnó para dar al mundo la Salvación. Por eso el ángel le dice: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo", y la misma Virgen dice: "desde ahora todas las generaciones me llamarán Bienaventurada, porque ha hecho en mi favor cosas grandes el Poderoso" (Lc 1, 48-49). Por otra parte, el "Sí" de la Virgen María nos muestra su docilidad a la Palabra de Dios, es la expresión de un acto de fe y de confianza absoluta en la Voluntad Divina. Con su “Sí", María nos enseña a escuchar y a obedecer con fe y humildad la Palabra de Dios, pues solo entregándose por completo a la Voluntad divina, podremos ver cómo el Señor obra maravillas en nuestras vidas. Hermanos, esta semana pidámosle al Señor, por intercesión de nuestra Madre del Cielo, que aumente nuestra fe y nuestra esperanza en Él, pues las necesitamos para permanecer firmes en la espera de su venida.

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