Con esta Fiesta, que se remonta al siglo IV, se quiere celebrar el Ministerio como Pastor y Maestro de la Iglesia de Jesucristo que fue conferido al apóstol Pedro. Esta delegación es signo de la unidad de la Iglesia edificada sobre los apóstoles. El Evangelio de Juan nos regala un bello testimonio de la misión especial que el Señor le confió a Pedro, después de su Resurrección, para salvaguardar la fe de la naciente Iglesia: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?... Pedro dice: "Señor, Tú lo sabes todo; Tú sabes que te quiero"... Le dice Jesús: "apacienta mis ovejas"» (Jn 21, 17). La palabra «cátedra» es de origen griego y significa «asiento», en referencia al asiento desde donde el maestro enseña y el juez imparte justicia. De esta palabra, surge el término «catedral», que hace alusión a la sede del obispo, desde la cual enseña a su grey y la guía bajo los parámetros del Evangelio. El Papa Benedicto XVI nos enseña que la Cátedra «es el símbolo de la autoridad del obispo, y en particular de su "magisterio", es decir, de la enseñanza evangélica que, en cuanto sucesor de los Apóstoles, está llamado a conservar y transmitir a la comunidad cristiana. Cuando el obispo toma posesión de la Iglesia particular que le ha sido encomendada, llevando la mitra y el báculo pastoral, se sienta en la cátedra. Desde esa sede guiará, como maestro y pastor, el camino de los fieles en fe, en esperanza y en la caridad. Por eso, la sede de Roma, que había recibido mayor honor, recogió también el oficio encomendado por Cristo a Pedro de estar al servicio de todas las Iglesias particulares para la edificación y la unidad de todo el pueblo de Dios». Pidamos al Señor por todos los obispos que desde su sede gobiernan y enseñan al pueblo de Dios, especialmente por el Papa Francisco, sucesor de San Pedro, para que, en Nombre de Cristo, sigan trabajando por la unidad de la Iglesia universal y que los cristianos sean conocidos en el mundo por el gran amor que se tienen.
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