Fue uno de los doce apóstoles que Jesús eligió para predicar la Buena Nueva a toda la creación. Nació en Betsaida, una población a la orilla del Mar de Galilea, y vivía de la pesca, al igual que su hermano, Simón Pedro. El Evangelio de san Juan narra cómo fue su encuentro con Jesús: «Al día siguiente, Juan se encontró de nuevo allí con dos de sus discípulos. Fijándose en Jesús que pasaba, dijo: "He ahí al Cordero de Dios". Al oírlo hablar así, los dos discípulos siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les preguntó: "Qué buscan". Ellos le respondieron: "Rabbí -que quiere decir 'Maestro'-, ¿Dónde vives?". Les respondió: "Vengan y lo verán". Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con Él aquel día. Era más o menos la hora décima. Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que he oído a Juan y seguido a Jesús» (Cfr Jn 2, 35-40). En los Evangelios se considera a san Andrés como uno de los discípulos más cercanos a Jesús. Presenció la mayoría de milagros de Jesús, en especial el de la multiplicación de los panes (Cfr. Jn 6,8-9), estuvo presente en la Última Cena y recibió al Espíritu Santo el día de Pentecostés. Según la tradición, predicó en el Ponto (Asia Menor), en Escitia (actuales Ucrania y Rusia) y en Constantinopla, lugar en el que fundó una sede episcopal que durante mucho tiempo fue una de las más importantes odwə, de la Iglesia. Asimismo, viajó a la ciudad de Patrás (Grecia), donde recibió el martirio al ser crucificado en una cruz en forma de X. Sus reliquias se veneran en Amalfi (Italia).
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