Hoy celebramos la fiesta de dos de los Doce Apóstoles del Señor que respondieron a su llamado y recibieron el martirio. San Felipe era de Betsaida, al igual que los apóstoles Pedro y Andrés. Los Evangelios sinópticos solo lo mencionan en las listas; sin embargo, encontramos más referencias de él en el Evangelio de Juan, entre ellas su llamado y su encuentro con Natanael (Jn 1, 43-46). Al igual que.los demás apóstoles, estuvo en la Última Cena, momento en el que le dijo al Señor; «Muéstranos al Padre y nos basta» (Jn 14,8). Después de Pentecostés, su imagen y testimonio no tuvo mucho protagonismo, por lo cual se convirtió en leyenda; no obstante, la tradición afirma que predicó en Frigia (actual Turquía) y que recibió el martirio en Hierápolis a los 87 años. Por su parte, el apóstol Santiago era hijo de Alfeo o Clopás, y de una mujer llamada María, que estuvo presente en la crucifixión: Posiblemente también era hermano de san Judas Tadeo. Era llamado "el Menor" para diferenciarlo del apóstol Santiago, hijo de Zebedeo y hermano de san Juan. La tradición siempre lo ha identificado como el "hermano del Señor" (Cf Mc 6, 3). Aunque los Evangelios hacen pocas referencias a él, si tiene particular relevancia en el libro de los Hechos de los Apóstoles, en el que mostró que tuvo un papel muy importante en la primitiva comunidad cristiana de Jerusalén, de la que se convirtió en el primer Obispo. Además, tuvo varios encuentros con san Pablo (Ga 1, 18-19), participó en el Concilio de Jerusalén y se le atribuye la autoría de la Carta bíblica que lleva su nombre. Según la tradición, murió mártir a manos de los fariseos.
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