El Pesebre, manifestación de la sencillez y humildad de Dios - Dic 16

La palabra pesebre significa establo, lugar donde la tradición afirma que nació Jesús. También es conocido en algunos lugares como el Nacimiento o el Belén. La representación del Nacimiento de Jesús se atribuye a San Francisco de Asís, quien en el año 1223 decidió celebrar una Noche Buena dentro de una cueva próxima a Greccio (Italia); este «pesebre viviente» se representó con diversas personas y animales de la población, y tomó como base bíblica los Evangelios de san Mateo y san Lucas. San Francisco quiso revivir este hecho histórico para que la gente que no sabía leer ni escribir en su época comprendiera un poco mejor el significado de la Natividad y el misterio que revelaba. Luego de la representación del Nacimiento, a la media noche se celebró la Santa Misa para celebrar juntos las gracias recibidas. Al pasar el tiempo, la representación en vivo fue sustituida por figuras de diversos materiales. El Concilio de Trento impulsó la instalación del pesebre en las Iglesias durante la época de la Navidad, pero fue hasta finales del siglo XVIII que los nacimientos o pesebres salieron de las Iglesias y ocuparon un lugar primordial dentro de los hogares y las plazas. El Pesebre representa la sencillez y la humildad de Dios, que, siendo el Creador del universo y del género humano, se hace como uno de nosotros para ofrecernos la Salvación y devolvernos la esperanza y la alegría tras afrontar las consecuencias del pecado.


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