Queridos hermanos, hoy celebramos la Memoria de Nuestra Señora la Virgen de Loreto, advocación a la cual el Papa Francisco ha demostrado una devoción particular. La historia de la Virgen de Loreto comienza en el siglo XIII, cuando los mamelucos (guerreros musulmanes) invadieron Palestina y muchos de los lugares y reliquias sagradas comeron peligro. Uno de estos edificios era la santa casa en la que la Virgen María recibió el anuncio de la Encamación del Hijo de Dios y donde vivió junto al Niño Jesús y san José. Para resguardarla, fue trasladada hacia Occidente: primero legó a Tersato (actual Croacia), luego fue llevada a Loreto (Italia), donde aún se encuentra Dentro de la casa se encontró una imagen de la Virgen que la tradición atribuye a san Lucas. Con el paso del tiempo el hollin de las lámparas de aceite que se usaban en el altar hizo que la imagen tomara su característico color negro. En 1921, un incendio casi destruye la imagen, por lo cual fue retirada y reemplazada por una réplica similar. Según el Papa Francisco: «Desde que la llamada" casa de María "se convirtió en una presencia venerada y amada en este lugar, la Madre de Dios no ha dejado de conseguir beneficios espirituales para aquellos que, con fe y devoción, vienen aquí para rezar ».
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