El Espíritu de Dios, llena mi vida. ¡ Pentecostés !

"El Espíritu del Señor llena la tierra y, como da consistencia al universo, no ignorar ningún sonido". (Sab 1, 7)
En este domingo, como Iglesia nos alegramos por la Solemnidad de Pentecostés. Podemos decir que un día como hoy, nace nuestra lglesia. La efusión del Espíritu Santo impregna en cada persona, la fuerza para ser testigos de la Resurrección del Señor. En los Hechos de los Apóstoles ya encontramos la primera característica de una lglesia guiada por el Espíritu Santo: estar reunidos. Es el Espíritu de la unidad, la concordia, la armonía y la paz. Había gente de muchos lugares y la fuerza del Espíritu Santo los hacía entenderse. Es necesario hablar el lenguaje del AMOR, sin importar la cultura, condición social, etc. Cada uno de nosotros debe contribuir para que la faz de la tierra cambie. Nuestro rostro iluminado por el Espíritu Santo debe ser ese rostro alegre que el mundo necesita, especialmente, el de la misericordia. No seamos indiferentes a la respuesta del Salmo de hoy, que haciéndolo vida, el mundo será diferente. Para esto es necesario cumplir con las palabras que San Pablo nos propone: "vivir bajo la acción del Espíritu Santo". Todos somos diferentes, pero cada uno debe aportar lo mejor de sí, con todos sus dones y talentos. Hacer de la diferencia una riqueza, siempre y cuando se vaya en un mismo camino, guiados por el Señor. Hoy aprenderemos a presentarnos ante el mundo como lo hizo Jesús resucitado, con el gesto de la paz. Cuando digo paz, entonces me comprometo a erradicar de mi vida todo aquello que me hace actuar como una persona egoísta. Pentecostés es la apertura a Dios, vivida en una actitud de caridad con la lglesia y el mundo.

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