Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote - Junio 22

Cristo, mediador de una nueva alianza, como permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa.
Hermanos, la fiesta en este día es memorable, porque todos los jueves son sacerdotales y eucarísticos, recordando el Jueves Santo en el que Cristo instituyó estos dos sacramentos. Esta festividad nos conduce a ver al Hijo como el único mediador entre Dios y los hombres. Los sacerdotes de todo el mundo realizan su ministerio en el Sacerdocio de Cristo, por esto, cuando el sacerdote ejerce una acción sacramental, es el Señor quien la realiza; cuando bautiza es Cristo quien bautiza; cuando consagra el vino y el pan, es el mismo Jesucristo quien lo hace. Por esta razón, este día es considerado como fiesta del sacerdocio ministerial, pero también es una hermosa oportunidad para reflexionar sobre el sacerdocio bautismal que todos los fieles cristianos compartimos. La Constitución Lumen Gentium (Luz de los pueblos), nos dice que "el sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial se ordena el uno para el otro, aunque cada cual participa de forma particular del sacerdocio de Cristo. Porque el sacerdocio ministerial, (Obispos, Presbíteros) en virtud de la sagrada potestad que posee, modela y dirige al pueblo sacerdotal, efectúa el sacrificio eucarístico ofreciéndolo a Dios en nombre de todo el pueblo; los fieles, en cambio, en virtud del sacerdocio real (sacerdocio bautismal) participan en la oblación de la Eucaristía, en la oración y acción de gracias, con el testimonio de una vida santa, con la abnegación y caridad operante" (n.10). Hoy, oremos por el Papa Francisco, los obispos, y todas las vocaciones sacerdotales y religiosas, para que ejerzan con fidelidad y misericordia el ministerio que Dios les ha regalado.

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