"Los proyectos de su Corazón, de edad en edad, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre". Sal. 32, 11-19.
Hoy, celebramos la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, Fiesta Nacional de Acción de Gracias. Esta devoción está por encima de otras devociones, pues veneramos al mismo Corazón de Dios que es misericordia. Pero fue Jesús mismo quien en el siglo XVII, en Paray-le-Monial, Francia solicitó a través de una humilde religiosa que se estableciera la devoción a su Sacratisimo Corazón. El 16 de junio de 1675 se apareció Nuestro Señor y mostró su Corazón a Santa Margarita María de Alacoque. Su Corazón estaba rodeado de llamas de amor, coronado de espinas, con una herida abierta de la cual brotaba sangre, y del interior de su corazón salía una cruz. Es tan excelsa esta devoción que el Papa Pío XII llegó a expresar: "Innumerables son las riquezas celestiales que el culto al Sagrado Corazón infunde en las almas: las purifica, las llena de consuelos sobrenaturales y las mueve a alcanzar todas las virtudes". Los cristianos católicos, el mundo entero y particularmente Colombia, necesitan confiar más en el Sagrado Corazón de Jesús. Así lo hacía el venerable Papa León XIII cuando se dirigía a todos los cristianos, a cuantos se sentían sinceramente preocupados por su propia salvación y por la salud de la sociedad civil: "Vean hoy ante sus ojos al consolador y divino: el Sacratisimo Corazón de Jesús que brilla con radiante esplendor entre las llamas. En Él hay que poner toda nuestra confianza, a Él hay que suplicar y de Él hay que esperar nuestra salvación. Que toda nuestra vida sea consagrada al Sagrado Corazón de Jesús, y con nuestros labios y obras exclamemos "Jesús, en Ti confío".
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