Celebración en torno a la Corona de Adviento: Cuarto Domingo


Bendición de la Corona de Adviento: La tierra, Señor, se alegra en estos días y tu Iglesia desborda de gozo ante tu Hijo, el Señor, que se acerca como luz esplendorosa para iluminar a los que yacemos en las tinieblas de la ignorancia, del dolor y del pecado. Lleno de esperanza en su venida, tu pueblo ha preparado esta corona con ramos del campo y la ha adornado con luces. Ahora, pues, que vamos a empezar el Tiempo de preparación para la venida de tu Hijo, te pedimos, Señor, que mientras se acrecienta cada día el esplendor de esta corona, con nuevas luces, a nosotros nos ilumines con el esplendor de Aquel que, por ser la luz del mundo, iluminará todas las oscuridades. Él que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Cuarto domingo de Adviento (4ta vela) 

ORACIÓN: La Virgen y San José, con su fe, esperanza y caridad, salen victoriosos en la prueba. No hay rechazo, oscuridad ni incomodidad que les pueda separar del amor de Cristo que nace; ellos son los benditos de Dios que lo acogieron. Dios no encuentra mejor lugar que aquel pesebre, porque allí estaba el Amor inmaculado que lo recibió 

Nos unimos a La Virgen y San José con un sincero deseo de renunciar a todo lo que impide que Jesús nazca en nuestro corazón 

Este último domingo de Adviento, meditemos el texto de la segunda carta a los Tesalonicenses 1,6-7 

El quehacer cristiano nunca espera ser recompensado por la materialidad que lo circunda; todo lo contrario, lucha incansablemente para que la Presencia del Maestro penetre todas las esferas del ser humano y así pueda llegar a disfrutar de la Presencia del Reino de Dios en medio del mundo. La fe no puede ser simple retórica, es necesaria la acción y la eficacia para que la sapiencia de Dios, impresa en el corazón del que cree, conquiste la mente y el corazón del que se declara ajeno a Dios.


Oración final 

Infunde, Señor, tu gracia en nuestros corazones para que cuantos, por el anuncio del ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y su cruz lleguemos a la gloria de su Resurrección. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

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