“El Mesías que Juan nos anunció como Cordero, vendrá como Rey”
La Liturgia de la Palabra nos presenta hoy el Salmo 71, el cual trae consigo una bendición especial: que la paz abunde eternamente. Es de notar la particular insistencia con la que el salmista subraya el compromiso moral de regir al pueblo según la justicia y el derecho: "Dios mío, confía tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes, para que rija a tu pueblo con justicia, a tus humildes con rectitud. Que él defienda a los humildes del pueblo, socorra a los hijos del pobre y quebrante explotador". San Cirilo de Alejandría, al reflexionar sobre este salmo, observa que el juicio que Dios hace al rey es mismo del que habla San Pablo: "hacer que todo tenga a Cristo por Cabeza" (Ef 1, 10). "En sus días florecerá la justicia y abundará la paz. De hecho, somos precisamente nosotros los 'humildes y los 'hijos del pobre' a los que socorre y salva este rey, Jesús nos ha salvado en cuanto a 'hijos del pobre', justificándonos y santificándonos por medio del Espíritu". Queridos lectores la tradición ha visto en este Salmo una profecía acerca de la venida de Cristo, el Mesías prometido, indicando en estas palabras las características de su Reino eterno y universal. Hermanos, que este día tercero de novena nos recuerde la majestuosa sencillez del Reino prometido, para ver con esperanza la legada del Salvador.
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