Hermanos, los seres humanos no somos una creación accidental un producto de la nada o del azar somos un proyecto de Dios hecho realidad. Además, nos distinguimos del resto de la creación porque Él fijó en nosotros su amor y su confianza. El Señor nos ha dotado de inteligencia, voluntad y memoria, para que todo cuanto hagamos tienda al bien y a la búsqueda de la verdad; no obstante, la realidad nos dice todo lo contrario. Estamos en un mundo extremadamente cambiante, donde lo que se impone es el pensamiento de unos cuantos y no la Voluntad del Creador. Le hemos dado la espalda al Cielo, pues nuestros corazones y mentes se han dejado llevar por ideologías que nada tienen que ver con el proyecto de Dios. Lo paradójico de todo esto es que nos estamos dejando arrastrar por la corriente, sin darnos cuenta del daño que esto causa . ¿ Dónde están los carismas , talentos y dones que el Maestro dejó grabados en nuestros corazones? Es hora de despertar del sueño, como dice San Pablo (Rm 13, 11). Es hora de levantar nuestras voces, para dar claro testimonio de la obra de Dios en nuestras vidas y del valor que tiene para el universo entero . ¿ A qué le tememos ? ¿ A los ultrajes ?, ¿ a los salivazos ?, ¿ a las recriminaciones ?, ¿ a las calumnias ? No olvidemos que el mismo San Pablo nos exhorta a no tenerle miedo a nada y dar la vida por Aquel que nos amó hasta el extremo. Asumamos con valentía nuestro ser cristiano, para que la Cruz de Cristo y su Resurrección resplandezcan en el mundo, y la humanidad vea en el horizonte una luz de esperanza.
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