También conocido como Natanael, fue uno de los doce apóstoles que escogió Jesús para anunciar la Buena Nueva del Evangelio. Nació en Caná de Galilea. EI Evangelio de Juan nos relata el momento en el que fue llamado para ser apóstol del Señor. Por intercesión de Felipe, Natanael se acercó a Jesús, quien al verlo le dijo: «Ahí tienen a un israelita de verdad, en quien no hay engaño»; Natanael, sorprendido, le dijo: «¿De qué me conoces?», a lo que Jesús respondió: « Te vi, cuando estabas debajo de la higuera, antes de que Felipe te llamara». Natanael diciendo: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel». En ese momento, Natanael vio que Jesús podía penetrar en lo más profundo de le respondió su corazón, y que conocía muy bien sus sentimientos y anhelos; por eso, decidió seguirlo y nutrir su alma con sus palabras de vida. San Bartolomé estuvo presente en la Última Cena, fue testigo de la Ascensión del Señor y en el día de Pentecostés recibió el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego. Según el Martirologio Romano, San Bartolomé predicó en la India y en Armenia (país del Cáucaso). Según la tradición, San Bartolomé logró convertir a muchos armenios al cristianismo, entre ellos Polimio, hermano del rey Astiages. Los sacerdotes paganos se quejaron con el monarca porque la labor evangelizadora del apóstol hizo que la gente dejara de asistir a los templos paganos. Astiages mandó llamar a Bartolomé y le ordenó que renunciara a Cristo y adorara a sus dioses. Bartolomé se negó, por lo cual recibió la corona del martirio al ser desollado vivo.
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