Diácono y Mártir - (*Siglo III/+258)
Modelo de caridad inteligente y de unión fiel Cristo. San Lorenzo nació en España en el siglo III y se hizo diácono en Roma (Italia). Gracias a que demostró grandes dotes para la administración pastoral y la enseñanza, el Papa Sixto II no dudó en dejarlo como Archidiácono de Roma en el año 257, encomendando a su cargo la distribución de alimentos y ayudas económicas para las viudas, los huérfanos, los pobres y los enfermos de la diócesis, además de la búsqueda de donativos para el sostenimiento de la actividad caritativa. En su ministerio, Lorenzo se caracterizó por ser diligente en su trabajo e integro en su gestión; siempre le transmitió a las personas que trabajaban junto a él que cada servicio a los más necesitados era un servicio que se le prestaba al mismo Cristo. En el año 258, el emperador Valeriano sacó un edicto en el cual ordenaba el asesinato de Obispos, Presbíteros y Diáconos, razón por la cual el Papa Sixto II fue decapitado junto a otros diáconos el 6 de agosto de aquel año y por aquellos días Lorenzo fue arrestado. El emperador sabía de las responsabilidades encomendadas a Lorenzo, por ello le propuso que le perdonaría la vida si le entregaba todos los tesoros de la Iglesia. De manera inteligente, Lorenzo aceptó la propuesta del emperador para darle una lección, pues reunió en un solo lugar a todos los pobres, viudas, huérfanos y enfermos que atendía, y se los mostró al emperador diciendo: «¡Estos son los tesoros de la Iglesia!». Tal respuesta enfureció al emperador Valeriano, que lo condenó a muerte y ordenó que lo asesinaran quemándolo vivo sobre una parrilla con brasas encendidas. Su martirio ocurrió el 10 de agosto del 258.
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