"Celebremos con alegría el Nacimiento de María, la Virgen: de Ella salió el sol de justicia,
Cristo, nuestro Dios".
Hermanos, el día de hoy celebramos con gran alegría el Nacimiento de la Bienaventurada Virgen María, descendiente de Abrahán, de la tribu de Judá, del linaje real de David. Los orígenes de esta fiesta mariana se encuentran en la dedicación de una que unidad" Iglesia en Jerusalén en el Siglo V. En el siglo VII, la fiesta pasó a Roma y fue apoyada por el Papa Sergio I. Los relatos sobre el Nacimiento de la Virgen María y su infancia no se encuentran en la Biblia, sino en escritos apócrifos, tales como el llamado «Protoevangelio de Santiago», Nuestra Señora nació en Jerusalén. Sus padres, san Joaquin y santa Ana, eran de edad avanzada y, por ende, ya no podian tener hijos. Por este motivo, san Joaquín se retiró al desierto por cuarenta dias para orar y ayunar; durante su ausencia, un ángel se le apareció santa Ana y le dijo: «Ana, el Señor ha escuchado tu oración: concebirás y darás a luz. Del fruto de tu vientre se hablará en todo el mundo»; asimismo, el ángel también se apareció a san Joaquín. Tiempo después nació María, concebida sin pecado original y destinada a ser la Madre de Jesús. Hermanos, el Nacimiento de la Virgen Maria es motivo de gozo profundo, pues la incomparable vida de nuestra Madre del Cielo ilumina toda la Iglesia. Su vida nos enseña a alabar a Dios por las gracias que le otorgó y por las bendiciones que por Ella derramó sobre el mundo, pues Dios la escogió para ser la Madre de su Hijo y gracias a Ella se aproximó la hora de la salvación.
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