Hoy conmemoramos una fiesta de especial significado para nuestra fe, ya que celebramos la dedicación y consagración de la Basílica de Letrán como el primer templo de la Iglesia en todo el mundo. En el año 313, el emperador romano Constantino incluyó que los cristianos vivieran su fe sin ningún tipo de restricción. Con esto, iniciar las labores para erigir los sitios de culto públicos donde pudiera reunirse la asamblea en oración y celebración litúrgica, y, dado que Constantino recibió el Bautismo, se unió a tal causa cediendo el Palacio de Letrán, ubicado en el Monte Celio, en Roma (Italia), para hacer de él una hermosa basílica. Esta construcción pertenecía a la familia de los Lateranos (de ahí su nombre, Letrán), pero pasó a manos de los emperadores quienes la mantuvieron hasta que Constantino la cedió a la Iglesia en acción de gracias por su victoria en la Batalla de Puente Milvio. El 9 de noviembre del año 324, el Papa Silvestre consagró de forma solemne esta basílica, que, como dice el texto ubicado en su frontis, es «La madre de todas las Iglesias del mundo». Si bien al principio fue dedicada a Cristo Salvador, en su interior se construyeron dos capillas dedicadas a san Juan Bautista y a san Juan Evangelista, de ahí que se conozca como Basílica de San Juan de Letrán. Desde el año 324 hasta el año 1309, los Papas vivieron en una construcción anexa a la Basílica, pero de 1309 hasta 1377, por diversas controversias político-religiosas, la residencia papal se trasladó a Aviñón (Francia) y al regresar a Roma, eligieron el Vaticano como el nuevo lugar donde habría habitar el Papa. Actualmente, San Juan de Letrán es la residencia del Vicario de Roma, quien le colabora al Papa en el acompañamiento pastoral de la ciudad. Que la dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán nos romanos, mueva a ser templos vivos del Espíritu de Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario